El Gobierno cambió radicalmente su discurso, que ya no se centra en describir un futuro de crecimiento, sino más bien en medidas de emergencia para amortiguar los costos sociales del ajuste. Las primeras cifras de estancamiento económico ya están llegando y Macri se resigna a medidas "heterodoxas".
Hace tan solo cuatro meses, el mensaje del Gobierno a la población era "lo peor ya pasó". Ahora, la nueva indicación es "lo peor está por venir".
Al menos esa es la sensación que transmiten los funcionarios, tanto en sus declaraciones como en sus medidas, ante las señales de la economía que marcan el inicio de una etapa recesiva:
1.- El indicador que mide la actividad mensual (EMAE) marcó en abril un retroceso de 0,9% luego de 13 meses de crecimiento consecutivo, dando por enterrada la fase de los "brotes verdes".
Si bien es cierto que el dato de ese mes estuvo impactado por el efecto de la sequía en la producción agrícola, nada hace pensar que se trate de un fenómeno pasajero.
Más bien al contrario, tanto los economistas independientes como los propios funcionarios están admitiendo que vendrá un período de estancamiento que podría durar todo el segundo semestre.
2.- También las estimaciones de producción industrial y de actividad comercial marcan números negativos
3.- Paralelamente, se siguen enfriando algunos de los motores que tuvo la economía en el arranque del macrismo, como el otorgamiento de los créditos hipotecarios
4.- En mayo, la demanda de cemento cayó 4,4%, en lo que constituye la primera caída después de 15 meses de crecimiento
5.- El panorama negativo se completa con una inflación que no da tregua: se prevé que el índice de junio podrá ser aun peor que el de mayo
Es muy probable que ronde el 3%, ya que recién ahora se verá reflejado en su plenitud el fenómeno del "contagio" de la suba del dólar al resto de los precios
Y, hablando del dólar, ni siquiera queda el consuelo de la estabilización del tipo de cambio en un nivel alto. Tanto es así que, tras una breve tregua, el nuevo titular del Banco Central, Luis "Toto" Caputo, se topó con la actitud desafiante de un mercado que quiere llevar la cotización a $30 o incluso más.
El riesgo país ya está arañando los 600 puntos básicos, los inversores quieren sacarse de encima los bonos argentinos a como dé lugar y las acciones de varias empresas sufrieron un histórico desplome.
En este marco, cuesta creer que hace menos de dos semanas el país estaba festejando el haber recibido la promoción a "mercado emergente" y hasta se ilusionaba con una lluvia de inversiones.