La vigilancia digital sobre mujeres que buscan información o acceden a un aborto es ya una preocupación en Estados Unidos, luego de que la Corte Suprema de ese país anulara el histórico fallo que garantizaba el acceso a la práctica, lo que ha generado nuevas estrategias de activismo e información sobre derechos sexuales.
El 24 de junio último la Corte estadounidense revocó la sentencia Roe vs. Wade de 1973, que durante casi medio siglo garantizó el derecho de las mujeres al aborto en el país, con lo que dejó en manos de cada estado la potestad de autorizarlo o no.
A partir de esta decisión, comenzaron las publicaciones en redes sociales aconsejando que se dejaran de usar las app de seguimiento del ciclo menstrual, que recopilan datos sobre la salud de las usuarias que podrían ser usados en causas penales contra ellas en estados donde el aborto no es legal o hay restricciones para el acceso.
También hay alerta sobre el uso que podría hacerse de publicaciones en redes sociales, intercambios en las apps de mensajerías, y el historial de búsqueda de Google, que las autoridades podrían usar para comprobar si se concretó un aborto en un estado donde es ilegal.
La amenaza digital es tan real que Caitlin Gerdts, vicepresidenta de Investigación de Ibis -una organización mundial de investigación y defensa que promueve la autonomía, las opciones y la salud sexual y reproductiva- creó una app que garantiza la privacidad de los datos y brinda información sobre salud.
Télam habló con la profesional, que en una entrevista telefónica dijo que los temores sobre la vigilancia digital "ya son reales en comunidades de color, personas trans, sin documentos".
-Gerdts, ¿cómo afectaría a quienes quieren acceder a un aborto? -Nadie sabe todavía. La realidad es que la vigilancia digital puede ser un riesgo en algunos estados que tienen leyes restrictivas, como ocurre en Texas y Oklahoma donde hay ciudadanos que vigilan a las personas que podrían necesitar un aborto. En el caso de personas que buscan abortos, la información digital puede ser parte de un proceso judicial, como mensajes con otras personas buscando información y apoyo, o la policía puede escuchar las conversaciones telefónicas o tomar datos de las computadoras personales. Y esto ocurre porque una persona alerta sobre esta situación.
-Suena distópico, ¿hay personas que vigilan y denuncian a quienes quienes buscan información o acceden a un aborto? -Es distópico pero es algo que ya viven comunidades negras o de migrantes desde hace décadas. Y ahora pasa con personas que quieren abortar en estados donde es ilegal o con restricciones.
La huella digital que dejan las mujeres se encuentra en las Femtech, nombre que se le da a una serie de app y otros desarrollos relacionados con la salud de las mujeres. Ética Foundation, una organización de debate, investigación y educación sobre la interacción entre tecnología, sociedad y responsabilidad, analizó 12 aplicaciones de este tipo y encontró que algunas de ellas ni siquiera cuentan con una política de privacidad a la que la usuaria pueda acceder, tan solo una de ellas, WomanLog, no vende o comparte datos.
En tanto MIT Technology Review, la publicación del Instituto Tecnológico de Massachusetts, preguntó a cinco grandes empresas de tecnología (Alphabet, Meta, Reddit, TikTok y Twitter) cómo se iban a aplicar sus políticas de prohibición de contenido que promueven actividades ilegales en publicaciones defensoras del acceso al aborto o de ayuda a quienes tendrían que viajar fuera de un estado para abortar. También preguntaron cómo planeaban responder a las solicitudes, requerimientos u órdenes judiciales de datos que se podrían usar para procesar casos relacionados con abortos en esos estados.
El título del artículo es "Las empresas no responden". Así de claro y contundente. Silencio. Y un dato más para entender el actual contexto: hay creadores de TikTok en los estados donde el aborto es legal que ofrecen sus casas como alojamiento gratuito para quienes tienen que cruzar las fronteras estatales para abortar.
Estos mensajes suelen aparecer codificados: se ofrece un lugar para "acampar" en Carolina del Norte para las personas que viven en cualquier lugar que "no permita acampar". Alicia Yamin, profesora e investigadora senior del centro Petrie-Flom en la Facultad de Derecho de Harvard, enfoca su trabajo en la justicia reproductiva, y el acceso a la justicia en materia de salud.
Consultada por Télam, resalta que "hace años" que las activistas y quienes brindan servicios de acceso a interrupciones de embarazo "toman medidas de precaución, tanto con sus huellas digitales como en la realidad". Recuerda que "los antiderechos de la extrema derecha recurren al hostigamiento, vandalismo, incendios provocados, amenazas, bombas en clínicas, y violencia física. Han sido asesinadas alrededor de una docena de personas simplemente por ser asociadas con la provisión de servicios de aborto". "Muchas activistas han aprendido lecciones de compañerxs en otros países y hace años que están contratando empresas para cursos de seguridad, también de seguridad en Internet y en el uso de sus celulares", agrega.
Ante la incertidumbre y los temores, Gerdts, desde Ibis, hizo alianza con la organización con sede en los Países Bajos, Women Help Women, y creó la app Euki, con versiones en inglés y español. "Tiene varios niveles de protección. Si alguien obligara a una usuaria a abrir la app se puede ingresar un código de emergencia que muestra una pantalla falsa sin acceso al contenido de la aplicación", detalló la profesional.
También "protege el historial de navegación y se pueden eliminar los datos cuando se quiera, los cuales no se guardan en la nube". "Toda la información que se necesita para poder llegar a recursos válidas y organizaciones confiables", añade.
Esta semana, un estudio del Instituto Guttmacher, confirmó que al menos 43 clínicas de Estados Unidos han dejado de practicar abortos desde la decisión de la Corte Suprema de hace poco más de un mes. "El acceso al aborto, que ya es muy limitado en gran parte del país, seguirá deteriorándose a medida que más estados adopten la prohibición del aborto en las próximas semanas y meses", se afirma en la investigación. Menos recursos para acceder a un derecho, vigilancia y control, un estado que remite a la novela distópica "El cuento de la criada", de Margaret Atwood. Y a la vez, nuevas formas de organización y estrategias de organizaciones y activistas, sabedoras de que, históricamente, los derechos de las mujeres son cuestionados.