A pesar de que su trabajo seguramente lo tiene muy ocupado, el magnate de 67 años tuvo tiempo para ser papá. Logró tener tres hijos a quienes pudo criar bajo sus costumbres y enseñanzas.
Primero llegó Jennifer, en 1996; luego nació Rory, en el 2001 y un año más tarde celebraron la aparición de Phoebe. Son jóvenes, sus fechas son las pruebas de que estos tres chicos, afortunados, crecieron con la instalación del movimiento digital en el mundo entero.
A pesar de haber nacido en una cuna de oro, Bill Gates no les ha garantizado como herencia su parte de la empresa o bienes materiales. Aunque seguramente sí les dejará mucho, lo más importante para el millonario norteamericano es que sean exitosos en sus áreas de experticia. ------ Y para lograrlo, les ha prohibido el uso de un aparato muy común en la vida diaria.
Televisores, computadoras, videojuegos, juguetes y otras tantas cosas forman parte del crecimiento de las nuevas generaciones. Todo lo anteriormente dicho estaba permitido en casa de los Gates, siempre y cuando se cumplieran las asignaciones escolares.
Pero había una cosa que, ni siendo los mejores estudiantes del salón iban a lograr tener: un celular. Por insólito que parezca, Bill Gates no les permitió a ninguno de sus hijos el uso de los smartphone hasta después de los 14 años, según El Cronista.
Una vez que pasaron esta edad tenían horarios de uso y estaba prohibido en la mesa, a la hora de la comida. ¿Funcionó? Quien sabe. Lo cierto es que Jennifer es bióloga marina con título en Stanford; Roy es ingeniero informático y estudió economía en la Universidad de Duke; mientras que Phoebe acudió a Julliard para dedicarse al estudio del balet. FW