En cinco años arrastra una caída del 38%. El Ministerio de Trabajo debe convocar al Consejo del Salario este mes. Pero pesa el condicionamiento al techo salarial del 30% del gobierno.
Durante el mes en curso, el salario mínimo vital y móvil llegará hasta los $ 69.500 y culminará el sendero de aumentos para el período anual que va de abril a marzo de cada año. Así, el incremento acumulado desde marzo del año pasado, cuando estaba fijado en $ 33.000, alcanzará el 110%.
Este mes, el Ministerio de Trabajo deberá convocar al Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil para definir, con las representaciones sindicales de las tres centrales obreras y las principales cámaras empresariales, el camino de la actualización para el próximo período.
Según el último dato disponible en el Indec, el valor de las canastas que miden la pobreza y la indigencia llegó en el mes de enero a $ 163.539 para la Canasta Básica Total (CBT), que fija el umbral de la pobreza, y hasta los $ 72.043 para la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que establece el nivel de indigencia, siempre para una familia integrada por dos adultos y dos menores.
En enero, el salario mínimo vital y móvil estaba situado en $ 65.427. Mientras el umbral de la indigencia creció en forma interanual un 109,83 y el de la pobreza 108%, el haber mínimo aumentó un 104,8%. Ese diferencial implicó una pérdida del poder adquisitivo para ese ingreso, con relación al valor de los alimentos básicos que componen la CBA, de un 2,4% adicional al que ya venía arrastrando en los últimos años.
Es que, si se compara la evolución del salario mínimo con relación a la CBA desde enero de 2017, el retroceso acumulado alcanza un 38% mientras que, si se lo compara con la CBT, la pérdida del poder adquisitivo resulta del 34%.
Si bien es cierto que, en la actualidad, ese ingreso está situado en $ 69.500, se trata de apenas un 6,2% de suba con relación al valor que tenía en el mes de enero a partir del cual se realiza la comparación citada.
Según los pronósticos de inflación que publica el Banco Central sobre la base de las estimaciones de consultoras e institutos privados, la suba de precios en general para el mes de febrero sería del 6,1 y podría llegar al 6,3% en marzo. Dejando de lado que el ritmo de aumento de la CBA y la CBT ha venido superando al del Índice de Precios al Consumidor (IPC), se trata de una suba proyectada de casi el 13% que plantea un retroceso adicional del salario mínimo real del 6% en apenas dos meses.
De cumplirse, la caída para el período anual será aún más alta y, a diferencia de lo que sostuvo el gobierno, durante 2022 y los primeros meses de 2023, el haber mínimo habrá perdido nuevamente contra el valor de los alimentos básicos.
Equivalencias
En enero de 2023, el salario mínimo equivalía al 90% del valor de la CBA mientras que, en el mismo mes de 2017, servía para cubrir un 145% de esa misma canasta. Dicho de otra forma, mientras que con el valor de un haber mínimo en junio de 2017 (primer dato disponible del IPC), se podían adquirir 12 litros de leche por día, en enero de este año se podía afrontar el costo de nueve litros. O, mientras que entonces equivalía al valor de 19 kg de papas por día, ahora alcanza para apenas 8 kilos. La relación con el kilo de azúcar pasó de catorce hasta 8,5 kg diarios. En lo que hace al pan francés, la proporción pasó de siete kg por día a cinco y para los fideos se redujo desde 14 paquetes de 500 gramos hasta sólo diez en la actualidad.
Sin fecha
La reunión que, según reconocieron desde el Ministerio de Trabajo, debería realizarse durante este mes, todavía no tiene fecha fijada. Las últimas dos revisiones que se realizaron, de un total de cuatro, obtuvieron el aval de las cámaras empresarias y de la CGT y la CTA de los Trabajadores pero no de parte de la CTA Autónoma ni de las organizaciones piqueteras agrupadas en la Unidad Piquetera, que están interesadas en forma directa porque el valor del Potenciar Trabajo está determinado por el 50% de ese haber.
Para el Palacio de Hacienda el resultado de la revisión tendrá un impacto concreto para el financiamiento de ese poco más de millón de beneficiarios pero también tendrá implicancias desde el punto de vista simbólico y político.
Es que, el ministro Sergio Massa aspira a que las paritarias en general no suscriban acuerdos que sobrepasen la meta del 60% de inflación que fijó el Presupuesto 2023. El resultado de esta negociación encabezada por el gobierno nacional que, además de a los beneficiarios del Salario Social Complementario influye sobre el piso de la jubilación mínima y el piso del salario docente nacional, servirá de referencia para las negociaciones paritarias que se desarrollarán con intensidad en los meses de marzo y abril. Fuente: Tiempo Argentino