La contracara del profundo deterioro de las jubilaciones es el festín que están haciendo los laboratorios y otros actores de la cadena de valor de los medicamentos. Durante el mes pasado, los remedios volaron: el aumento entre los diez que más subieron fue del 31 por ciento, con picos del 83 por ciento y el 45 por ciento en apenas un mes, de acuerdo a los datos recolectados por el CEPA.
Así, junto a las fuertes subas de diciembre, la jubilación mínima con bonos sufre una caída de 25,2 puntos porcentuales en los últimos dos meses y registraría otra baja de 6,8 puntos porcentuales de enero a febrero. Ni hablar de los haberes que no reciben el bono. Algunos ejemplos concretos de las últimas subas: entre diciembre de 2023 y enero pasado, el Derrumal 300 subió un 83 por ciento; el Daflon 500, 45 por ciento; el Ibupirac 600 MG, 25 por ciento y el Travatan, un 25 por ciento. La crema Dermaglos lo hizo en un 25 por ciento, al igual que Macril. En tanto, el Atenolol Gador avanzó 20 por ciento, mismo porcentaje que el Aldactone A, la Aspirina PREVENT y el Trapax. (...)
Ganadores
La cadena de valor en el mercado de los medicamentos se estructura en torno a la figura de los laboratorios, quienes resultan determinantes en la definición de precios, los márgenes de comercialización, los mecanismos de financiamiento y las retribuciones a droguerías y farmacias. No obstante la existencia de un alto número de empresas en el mercado, según CILFA, las ventas están concentradas en las principales firmas: los primeros 10 laboratorios facturan casi el 51 por ciento del total y los primeros 20, el 71 por ciento del total. La comercialización minorista, en cambio, se encuentra atomizada, existiendo cerca de 13 mil farmacias en todo el país, a excepción de las cadenas de farmacias que surgieron a partir de los años 90 e implantaron un modelo de negocios diferente al de las farmacias tradicionales.