Unos 40.000 trabajadores ferroviarios se declararán en huelga durante tres días esta semana, el martes, el jueves y el sábado. La mayor parte de la red ferroviaria del país se verá interrumpida, así como los servicios de metro de Londres.
El Sindicato Ferroviario, Marítimo y de Transportes calificó de "inaceptable" la última oferta de la patronal y afirmó que "la huelga prevista para esta semana seguirá adelante". Los sindicalistas se irán a paro el 21, 23 y el 25 de junio, y no descartan organizar otros en los próximos meses si no concretan un acuerdo sobre salarios y condiciones con la gestora pública de la infraestructura Network Rail y los operadores privados de las líneas.
El secretario general, Mick Lynch, dijo que las empresas ferroviarias habían "propuesto unas tarifas salariales que están muy por debajo de las tasas de inflación pertinentes, y que se suman a las congelaciones salariales de los últimos años".
Por su parte, el secretario de transporte, Grant Shapps, dijo que la huelga causaría "una interrupción masiva", con sólo un 20% de los servicios capaces de operar. Según él, la responsabilidad de la huelga es de los sindicatos, de los que dijo que se resisten a los cambios tan necesarios para hacer que los ferrocarriles sean "aptos para el mundo post-Covid-19". "Esta huelga no tiene que ver con los salarios", reaccionó Shapps a los legisladores. "Se trata de que los sindicatos anticuados se oponen al progreso".