En medio de una agenda concentrada en destrabar las tensiones que existen entre Ucrania y Rusia, el papa Francisco fue parte de un congreso realizado en el Vaticano para celebrar los diez años de su pontificado. En ese marco, y con la expectativa de la visita del sumo pontífice a la Argentinaen el 2024, cientos de argentinos se encontraron en una ceremonia que contó con la voz de León Gieco.
"Solo le pido a Dios, que la guerra no me sea indiferente", se escuchó en el evento organizado por el Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI), una entidad impulsada por el Papa cuando era arzobispo de Buenos Aires. "De Jorge a Francisco, de Argentina al mundo", fue el nombre del congreso que congregó a figuras nacionales vinculadas a la educación, el arte, la política y la justicia.
Un comunicado emitido por el IDI indica que "a través de ponencias y testimonios, hemos recibido importantes luces sobre la esencia que debe animar nuestras prácticas a favor del diálogo y el encuentro entre los hombres, y también sobre los métodos conducentes a desarrollarse con ese espíritu en nuestra casa común".
El instituto, cuyos fundadores fueron el sacerdote Guillermo Marcó, el rabino Daniel Goldman y el dirigente musulmán Omar Abboud, destacó en su texto "la madurez conceptual y metodológica de lo que a cada uno le toca hacer y aportar en nuestros distintos ámbitos, y la diversidad de prácticas que deberíamos llevar a cabo en la Argentina y el mundo".
"Como argentinos, verificamos que lo que hemos realizado no resulta suficiente. Que existen enormes desafíos y preguntas en los espacios en los que cada uno de los participantes desarrolla su función en la sociedad. En este sentido el ejercicio del diálogo, lejos de ser una señal de debilidad, identifica nuestros puntos en común y deja de lado los matices que nos diferencian, buscando soluciones concretas a los problemas de la gente", continúa el comunicado.
Además de la intervención de León Gieco, el evento incluyó un minuto de silencio "para reflexionar sobre la importancia de dialogar" la plantación de un olivo en los Jardines Vaticanos junto al presidente del Governatorato, el cardenal Vergáz Alzaga, en conmemoración del plantado por el entonces arzobispo porteño Bergoglio el 29 de marzo de 2000 en la Plaza de Mayo. Fuente: Ambito Financiero