Brignoles es el nombre de un pueblo francés de 15.000 habitantes, ubicado al sureste de Francia. Una localidad pequeña y apacible, que se ha despertado hoy, no obstante, con una noticia de la que se han hecho eco todos los medios del país. Y es que el que hasta ahora había sido el cura del municipio, Gerson Peres, ha anunciado su dimisión tras admitir que había tenido relaciones íntimas con una mujer casada.
La confesión la realizó el propio sacerdote en la misa de este domingo frente a todos los feligreses que acudieron. Fue entonces cuando Peres admitió haber cometido adulterio con una mujer del pueblo a la que él mismo había casado unos meses antes. Tras el anuncio, diferentes autoridades eclesiásticas de Francia se pronunciaron sobre el asunto, como François Touvet, obispo coadjutor de la diócesis de Fréjus-Toulon.
“El padre Gerson abandonó la parroquia de Brignoles el viernes 23 de agosto. Me presentó su dimisión, que acepté. Vivía en flagrante contradicción con sus compromisos, en particular el del celibato”, escribió Touvet en una misiva leída en la iglesia de Brignoles por otro cura. “Condeno la actitud del padre Gerson y cuento con todos para afrontar esta dura prueba con valentía, en un espíritu de unidad y comunión”. El obispo también afirmó haberse enterado apenas unos días antes. “Algunos ya lo sabían, otros lo está aprendiendo hoy”.
Otros habitantes, no obstante, han agradecido que el padre reconociera su error frente a su comunidad. Entre ellos ha estado Stéphane, que ha asegurado que su “primera sensación” es “que el padre Gerson mostró transparencia desde que fue a ver al obispo para explicarle su situación”. Ahora, él y el resto de feligreses tendrán al padre Simon Rebeccaï como nuevo cura del pueblo, por lo menos de forma interina hasta que se encuentre un sustituto oficial.
La historia del celibato en el mundo de la Iglesia no llega con Jesucristo. De hecho, no fue hasta pasado el año 1.100 cuando se prohibieron los matrimonios en el seno del catolicismo, en el Concilio de Letrán. El caso de Gerson Peres no es el único, ni mucho menos, de un sacerdote que lo ha roto, aunque sí ha resultado especialmente llamativo por la naturaleza adúltera del suceso y su anuncio en público.
A las sanciones eclesiásticas por incumplir las normas de la Iglesia se las conoce como penas canónicas, y son independientes del derecho ordinario. Sin embargo, del mismo modo que con este, se realiza un proceso -un juicio- para decidir las penas expiatorias o las censuras, que pueden ser la suspensión -se le prohíbe realizar actividades clericales pero conserva su estado- o la excomunión.