En la Amazonía brasileña, conocida como el pulmón del planeta, la tala de árboles se redujo en un 33,6 %, entre enero y junio de 2023, según datos recolectados por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE) y divulgados por el Ministerio de Medio Ambiente.
Específicamente, en ese periodo fueron cercenados 2.649 kilómetros cuadrados de selva tropical, pero se trata de una magnitud inferior con respecto a los 3.988 km2 perdidos en 2022 y el nivel más bajo en esa región desde 2019, destacan las autoridades. Además, la eliminación de áreas forestales disminuyó a 661 kilómetros cuadrados en junio de 2023, frente a los 1.120 km2 del mismo mes de 2022.
“Tenemos un resultado que a mi entender merece ser celebrado, ha habido una reducción del 33% de la deforestación en un período de seis meses, algo alentador para nosotros porque hay una tendencia a la baja que sigue los objetivos fijados por el Gobierno”, subrayó la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva.
Las amenazas persisten
Pese a los significativos avances contra la deforestación, uno de los campos esenciales en la lucha contra el calentamiento global, los retos se mantienen. No está claro si las tasas de deforestación anual mostrarán una disminución, ya que se avecina el pico anual de devastación de bosques e incendios, que suele registrarse entre los meses de julio a septiembre. "Julio tiende a tener una explosión en la deforestación", apuntó Joao Paulo Capobianco, diputado de Silva en el Ministerio del Medio Ambiente.
El desafío es enorme. Los expertos destacan que se trata de un área de más de tres veces el tamaño de la ciudad de Nueva York, lo que remarca los retos para eliminar la deforestación por completo. "Es muy positivo, pero seguimos teniendo niveles muy altos de deforestación", indicó Daniel Silva, analista de la organización sin fines de lucro del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Brasil.
A esta situación se suman las amenazas del fenómeno El Niño, que generalmente trae menos lluvia y temperaturas más altas en la Amazonía. Según el monitoreo satelital, se registraron 3.075 incendios en la Amazonía solo en junio, lo que marca el comienzo de la estación seca y la mayor cantidad desde 2007.
En un intento por frenar los efectos negativos, Ibama duplicó su presupuesto para combatir incendios forestales y aumentó el alcance de sus escuadrones de bomberos en un 17 % para el segundo semestre del año, el periodo más crítico.
La selva amazónica cubre un área del doble del tamaño de la India y contiene enormes reservas de carbono, lo que sirve como un amortiguador crucial contra el cambio climático. Dos tercios de ellos se encuentran en Brasil. Reuters, AP y EFE