Manaos, principal urbe de la Amazonía brasileña, está sofocada desde hace días por una nube tóxica que envolvió a sus dos millones de habitantes, consecuencia de incendios originados por “criminales”, alertó el viernes (13.10.2023) el Ministerio de Medioambiente de Brasil. Los fuegos en la Amazonía han provocado desde el miércoles una capa de humo gris sobre la capital del estado Amazonas (norte). La calidad del aire en la ciudad está entre las peores del mundo, según World Air Quality Index.
“Ese humo nos está perjudicando. Muchos no tienen conciencia de que están quemando el bosque, y muchos animales están muriendo (…) Es triste, y nos causa dificultades. Yo ando con máscara para no respirar ese aire tóxico porque ya tengo problemas de salud”, dijo Maria Luiza Reis, residente de Manaos, de 72 años. Las autoridades sanitarias han instado a la población a evitar al máximo la exposición al humo por los próximos días.
Existen “riesgos importantes, principalmente a enfermedades respiratorias” para quienes se expongan al humo, dijo Marcio García, director del Departamento de Emergencias en Salud Pública del Ministerio de Salud, en una rueda de prensa junto a otras autoridades en Brasilia. El estado sufre hasta el momento el peor octubre en relación a focos de incendio en los últimos 25 años, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe). El Inpe registró 2.770 focos activos en lo que va del mes hasta este jueves, un aumento de 154% respecto al mismo período de 2022.
El gobierno brasileño anunció este viernes el envío de dos helicópteros y de 149 brigadistas adicionales, que se sumarán a otros 140 que ya actuaban en el combate a incendios en la región.
En conferencia de prensa, la ministra de Medioambiente, Marina Silva, vinculó los incendios con “criminales” que los utilizan para limpiar el suelo y prepararlo para la agricultura o ganadería tras deforestar la superficie. Los incendios se registran en medio de una sequía extrema en la región, que ha rebajado los cauces de los ríos a niveles críticos, lo que dificulta el transporte y el aprovisionamiento a alrededor de medio millón de personas. “Es una situación de extrema gravedad porque se cruzan tres factores: la gran sequía provocada por (el fenómeno climático) ‘El Niño’; materia orgánica reseca en gran cantidad; e incendios en propiedades particulares y en áreas públicas de forma criminal”, aseguró Silva.
Por la nube de humo, varios eventos fueron cancelados en la ciudad, entre ellos una maratón. Mientras tanto, en el muelle de Manaos, algunos se tapaban la cara con máscaras, pero la actividad seguía: los trabajadores iban y venían llevando carga y las lanchas se lanzaban al río Negro.
jc (afp, Folha de S.Paulo, OGlobo)