El domingo, en un mitin celebrado en Reno (Nevada), parafraseó a Adolf Hitler al acusar a los inmigrantes de «chupar la sangre» de Estados Unidos, y prometió que cuando recupere la presidencia expulsará "a miles y miles". Se trata de una página arrancada del libro Mein Kampf, el único que su exmujer Ivana Trump dijo haberle visto en la mesilla de noche, según publicó en su día la revista Vanity Fair, durante el proceso de divorcio. Admirador de caudillos y dictadores, al magnate siempre le han fascinado los hombres fuertes y ha tratado de emularlos.
El ahora candidato a la presidencia, rival potencial de Biden en las elecciones de noviembre próximo, ya había advertido que una de sus primeras medidas será arrestar a los emigrantes ilegales, recluirlos en campos de concentración y deportarlos masivamente, dijo el domingo. «No vienen solo de los tres o cuatro países que nos son familiares, sino de todo el mundo». Al detenerles, «envenenan cárceles y hospitales psiquiátricos. Vamos a darles caza y mandarlos a casa», prometió.
Con su lenguaje incendiario, Trump los comparó a «serpientes venenosas» con la parábola de «una mujer tierna» que se apiadó de un reptil , solo para ser mordida por él una vez que se recuperó. «Estúpida mujer, tú ya sabías que yo era una serpiente venenosa cuando me acogiste», contó Trump que dijo el animal. En esa concatenación de símbolos inquietantes que planta en el subconsciente de sus seguidores citó también a Hannibal Lecter, de la película El Silencio de los Corderos, para justificar la que será «la mayor deportación masiva en la historia de Estados Unidos». La operación no será tan farragosa como sugiere su nombre, porque según él «la gente empezará a huir del país» tan pronto como gane las elecciones.
A eso le seguirá la resurrección de su famoso veto migratorio de viajeros, a los que aplicará «un duro filtro ideológico» antes de entrar al país. «Si odias a Estados Unidos, si quieres la abolición de Israel o simpatizas con los yihadistas, no te queremos aquí», advirtió. «Vamos a restaurar la ley y el orden». Tuvo también un guiño para su base de cristianos y conservadores que, según él, están siendo perseguidos por «el peor presidente, el más corrupto e incompetente que haya tenido nunca EE.UU.». O sea, Joe Biden.
A menos de un mes de que los votantes del Partido Republicano comiencen a pronunciarse en la eliminatoria de candidatos a la presidencia, al menos uno de sus rivales aprovechó estas palabras para denunciar la complicidad que supone el silencio de los que no quieren antagonizar a sus seguidores.