Desde principios de año, miles de gatos han muerto en Chipre a causa de una mutación agresiva del coronavirus animal. Gran Bretaña también ha notificado ya su primer caso importado. Ahora, aumenta la preocupación de que la nueva variante de coronavirus pueda extenderse a otras partes del mundo.
Chipre es considerada la "Isla de los Gatos", porque en esta isla mediterránea hay un número especialmente grande de gatos callejeros. Frecuentemente, ejemplares individuales de estos gatos son transportados a otras partes de Europa, donde se les halla un hogar, como se hace con los perros callejeros del sur de Europa.
Mutación peligrosa en el coronavirus felino
En principio, los coronavirus en gatos se conocen desde hace mucho tiempo. Muchos gatos son portadores del llamado coronavirus felino (FCoV). La mayoría de ellos no enferman o solo muestran, si acaso, síntomas leves. Solo cuando se produce una mutación del virus y el FCoV desencadena la peritonitis infecciosa felina (PIF), se puede producir una peritonitis grave. Entonces, aparecen síntomas típicos como vómitos y diarrea, pérdida de peso, fiebre, problemas respiratorios o inflamación ocular. La FIB también puede causar daños graves a los nervios. Si no se trata, suele ser mortal. La peritonitis infecciosa felina (PIF) no se transmite a los humanos. Tampoco se conoce transmisión del virus a otras mascotas. Por el contrario, los gatos pueden infectarse con el coronavirus humano, pero no lo transmiten.
Recombinación de coronavirus de perros y gatos
Según un estudio británico, la nueva variante es altamente patógena, es decir, muy contagiosa, se propaga muy rápidamente e infecta a gatos de todas las edades. La transmisión probablemente se produce directamente de gato a gato. Sobre todo, según los conocimientos actuales, los gatos con la nueva variante desarrollan con mucha más frecuencia una peritonitis infecciosa felina.
La nueva variante de coronavirus F-CoV-23 es una recombinación del coronavirus felino (FCov) y el canino (CCov). Ha adoptado la proteína de pico del coronavirus canino CCoV, que utiliza para penetrar en la célula huésped. Probablemente esta sea también la razón por la que el virus se propaga tan rápidamente entre los gatos, lo que en realidad es atípico para el FCov.
Poca atención al papel de las mascotas en la transmisión
En el nuevo estudio, que aún no ha sido verificado de forma independiente, los investigadores se quejan de que a menudo se pasa por alto a las mascotas en el ciclo de transmisión de enfermedades virales. Dada el estrecho parentezco de los coronavirus felino (FCoV) y canino (CCoV) con los coronavirus humanos hCoV-229E5, estos potenciales ciclos de transmisión deberían controlarse más intensamente, advierte el equipo de investigación dirigido por Christine Tait-Burkard de la Universidad de Edimburgo. Aunque el genoma de ARN de los coronavirus tiene tasas de mutación relativamente bajas, a menudo se detectan recombinaciones dentro de los géneros.
Medicamentos para humanos y gatos
En Chipre, se aprobó en agosto el uso del fármaco contra el coronavirus humano molnupiravir para tratar gatos con FIP. El agente antiviral GS-441524 también ha demostrado ser muy eficaz en los estudios. De esta manera, es posible tratar a gatos domésticos infectados de forma individual. Pero es poco probable que se pueda tratar a los miles de gatos callejeros de la isla.
Fuente: DW