El gobierno de Brasil puso en marcha la nueva normativa que le pone un tope a los intereses y punitorios de las tarjetas de crédito, en el marco de la política de presidente Luiz Inácio Lula da Silva para reducir el endeudamiento de las familias.
En 2023, los intereses por morosidad en las tarjetas de crédito de Brasil, principal economía de América Latina, ascendían al 461% anual. La medida se inscribe en el programa "Desenrola" (Desatando) que permitió a más a 11 millones de personas renegociar en hasta 95% pequeñas deudas con las entidades bancarias, una de las principales promesas de campaña de Lula para la clase baja y la clase media. Con la nueva medida, si una persona debe 100 reales (20 dólares) en la tarjeta de crédito, el importe a pagar no podrá superar el doble de la cifra, es decir, 200 reales, unos 40 dólares.