Quizás como nunca antes la imagen de un presidente argentino estuvo tan en boca de los medios internacionales, aunque no necesariamente para destacar la marcha de su gobierno. Destacado por la ultraderecha europea y denostado por el resto del arco político, la imagen de Milei abona la grieta allí donde va al mismo tiempo que radicaliza posiciones.
Por eso su visita a España no pasa desapercibida. A la convocatoria de marchas de repudio se sumaron numerosas voces que lo criticaron sin ambages apenas puso un pie en ese país. Una de las más resonantes fue la de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo del gobierno que encabeza Pedro Sánchez.
"Estamos como país hastiados de la política del odio, yo defiendo la política de los afectos, un odio inoculado por arriba", dijo Díaz, líder del partido de izquierda Sumar, en una jornada sobre empleo. Y advirtió que Milei "es un generador de odio".
"No son muchos los generadores de odio, pero hacen un enorme ruido y lo inundan todo. Milei y otros gobiernos del odio vuelven con los recortes y con el autoritarismo", siguió la número tres del gobierno español apenas el mandatario desembarcó en Madrid para participar este fin de semana de un congreso organizado por el partido de ultraderecha Vox.
"La política del odio no quiere acabar con la pobreza, lo que quiere es acabar con los pobres", dijo Sánchez antes de reivindicar una política del “amor y de los afectos”, que surge “desde abajo”.