China respondió este viernes a los aranceles de Trump aumentando sus propios aranceles sobre los productos estadounidenses al 125 %, en medio de las preocupaciones sobre una recesión global, la caída de las bolsas y una degradación de los bonos del tesoro estadounidense, una de als principales causas de que Trump "pausara" los aranceles por 90 días a la mayoría de los países, a excepción de China.
El anuncio se produjo después de que funcionarios de la administración Trump aclararan que China se enfrentaba a un arancel mínimo del 145 % sobre todas sus exportaciones a Estados Unidos. China anunció que sus nuevos aranceles, que elevan el impuesto a las importaciones estadounidenses del 84 %, entrarían en vigor el sábado.
Xi Jinping había dicho horas antes que "no hay ganadores en una guerra arancelaria", durante una reunión con el primer ministro español en la que invitó a la Unión Europea a trabajar con China para resistir la “intimidación”, parte de una aparente campaña para apuntalar a otros socios comerciales.
Tras el anuncio del nuevo arancel, el ministro de Comercio Chino sugirió en un comunicado que esta podría ser la última medida de Pekín en la escalada arancelaria, ya que "con el nivel arancelario actual, ya no hay aceptación en el mercado chino para los productos estadounidenses".
"Si Estados Unidos continúa imponiendo aranceles a los productos chinos exportados a ese país, China lo ignorará", afirmó, advirtiendo que se adoptarán otras contramedidas. Por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron, describió la pausa arancelaria de 90 días del presidente estadounidense (que fija la mayoría de los aranceles en el 10% hasta julio) como "frágil", lo que sumó malestar en los mercados. El anuncio de Trump "envía una señal y deja la puerta abierta para el diálogo. Pero esta pausa es frágil", "Esta pausa de 90 días supone 90 días de incertidumbre para todas nuestras empresas, a ambos lados del Atlántico y más allá", dijo Macrón en su cuenta de X.
Los índices asiáticos siguieron los pasos de Wall Street a la baja el viernes, con el Nikkei de Japón bajando casi un 5% y las acciones de Hong Kong encaminándose hacia su mayor caída semanal desde 2008. También se esperaba que los precios del petróleo cayeran por segunda semana consecutiva.