Se recomienda evitar la automedicación y no demorar la consulta con el médico, ya que la enfermedad puede ser mortal o dejar graves secuelas.
El 24 de abril es el Día Mundial contra la Meningitis. Esta es una enfermedad producida por una bacteria llamada meningococo, que afecta mayormente a niños menores de cinco años y con menor frecuencia a personas adultas. Se denomina meningitis a la inflamación de la membrana que rodea el cerebro y la médula espinal, llamada meninges.
Esta inflamación puede ser provocada por virus o bacterias y, en raras ocasiones, por hongos y parásitos. Las infecciones más comunes son las virales, que en general son leves y a menudo desaparecen por sí solas. En cambio, las bacterianas requieren tratamiento antibiótico y pueden ser mortales si no son adecuadamente tratadas. La enfermedad puede ocasionar la muerte o dejar secuelas irreversibles, como pérdida de la audición o problemas neurológicos graves.
Vacuna. La introducción de las vacunas permitió reducir los casos graves y muertes por meningitis. En la Argentina, el Calendario Nacional de Vacunación incluye la vacuna contra meningococo, que se coloca en forma gratuita en hospitales y centros de salud. La primera dosis se aplica a los tres meses de vida, la segunda a los cinco meses y un refuerzo a los 15 meses. Como estrategia complementaria, a los 11 años se coloca una única dosis, que protege al adolescente y evita la transmisión de la bacteria, ya que este grupo suele ser portador del meningococo en nariz y fauces.
Síntomas. En los niños, los síntomas pueden variar según la edad. En lactantes, lo más frecuente es irritabilidad, fiebre, rechazo al alimento, mayor tendencia al sueño, llanto intenso y continuo. Esta franja es el grupo más vulnerable y con mayor riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad. Posterior a esa etapa, puede manifestarse con dolor de cabeza, tendencia al sueño, irritabilidad, fiebre, disminución del nivel de conciencia, sensibilidad a la luz, rigidez del cuello, náuseas y vómitos. Debido a que estos síntomas pueden ser similares a los de otras enfermedades, se debe evitar la automedicación y consultar a un médico para tener un diagnóstico certero e iniciar el tratamiento correspondiente.
Signos en recién nacidos. Los recién nacidos y los bebés pueden mostrar estos signos:
- Fiebre alta
- Llanto constante
- Somnolencia o irritabilidad excesivas
- Dificultad para despertar
- Inactividad o pereza
- No despertarse para comer
- Falta de apetito
- Vómitos
- Una protuberancia en la parte superior de la cabeza (fontanela)
- Rigidez en el cuerpo y cuello
Puede ser difícil consolar a los bebés con meningitis e incluso pueden llorar más cuando se los levanta.
Transmisión y prevención. La bacteria meningococo se transmite de persona a persona, a través de gotículas de las secreciones respiratorias o de la garganta. La propagación de la enfermedad se ve facilitada por el contacto estrecho y prolongado con una persona infectada, a través de besos, estornudos, tos, vajilla y cubiertos compartidos. Es fundamental, como lo es para prevenir todo tipo de enfermedades, mantener hábitos higiénicos, especialmente el lavado de manos con agua y jabón antes de preparar y consumir alimentos, luego de limpiarse la nariz y después de usar el baño. En el caso de que no sea posible el lavado de manos con agua y jabón, una alternativa eficaz es el uso de alcohol en gel.
También es importante mantener un buen estado de higiene bucal y personal y evitar compartir vasos, bombillas u otros utensilios sin lavar. Otra medida para prevenir la transmisión de enfermedades es cubrirse la boca con un pañuelo descartable al estornudar o toser y desecharlo de inmediato. Si no se cuenta con pañuelo descartable, inclinar la cabeza hacia el piso y estornudar o toser en el pliegue del codo, evitando el contacto de nariz y boca con las manos. Es recomendable mantener limpias y desinfectadas las superficies de alto nivel de contacto, como picaportes, teléfonos, teclados, mesas, juguetes, etc. La desinfección puede hacerse con una solución de agua y lavandina. También se recomienda ventilar diariamente las habitaciones y la ropa de cama.