El presidente Alberto Fernández volverá a protagonizar un foro internacional este domingo. Será en Bavaria, Alemania, como el único mandatario latinoamericano que participará de la cumbre del G7.
En esta oportunidad el grupo de los siete países más poderosos del mundo estará concentrada en repudiar la invasión de Rusia a Ucrania, en una guerra que lleva tres meses y amenaza con extenderse con un impacto todavía desconocido, pero que será determinante para la economía global. Fernández partirá este sábado y arribará el domingo, acompañado por una reducida comitiva que, por segunda vez en un mes, incluirá al titular de la Cámara baja, Sergio Massa que también fue invitado por el Presidente a participar de la novena Cumbre de las Américas, que se realizó hace dos semanas en Los Ángeles, California.
La presencia del líder del Frente Renovador en el viaje no es menor, porque también revela que hay una trama de la política doméstica que se teje en el medio de la etapa de mayor hiperactividad diplomática del gobierno del Frente de Todos.
La visita de Fernández fue a partir de una invitación que le formuló el canciller alemán Olaf Sholz en su calidad de mandatario argentino y presidente temporario de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC). Por esa razón, el invitado llegará con una agenda política en materia regional pero con intereses económicos en lo nacional.
Fernández participará de las dos sesiones plenarias del G7 que se desarrollarán en el castillo bávaro de Elmau, concurrirá a dos cenas en honor de los presidentes asistentes y mantendrá tres encuentros bilaterales.
Argentina fue invitada especialmente a participar luego de la gira que el Presidente realizara hace un mes al continente europeo, ocasión en la que se reunió, entre otros, con el canciller alemán Olaf Scholz. En esa oportunidad, Fernández había advertido sobre "los coletazos de la guerra que repercuten en todo el mundo y particularmente en América Latina y otros países en vías de desarrollo".