El último debate presidencial fue un encuentro sin mayores sorpresas. Los y las candidatas fortalecieron sus perfiles y chicanearon a sus rivales en un marco de falsa igualdad que brinda el formato. Sergio Massa y Myriam Bregman fueron los más sólidos oradores, Javier Milei y Patricia Bullrich desentonaron por los altos niveles de violencia que manejaron hacia el final y Juan Schiaretti trató de representar el voto de las provincias, pero volvió a focalizarse en Córdoba.
A diferencia del domingo pasado, cuando Massa y Milei se habían elegido como contrincantes, esta vez la oposición se dio con más fuerza entre Patricia Bullrich y Javier Milei, preocupados por perder electorado en manos del otro, debido a que son dos representantes de un mismo sector. Pero Bullrich también disparó contra Massa al repetirle como un mantra la palabra “chorro”.
La candidata de Juntos por el Cambio propuso, otra vez, sacar a las fuerzas armadas a la calle para que hagan tareas de seguridad, un latiguillo inconstitucional que nunca prospera pero que Bullrich retoma cada tanto. De hecho, este domingo dijo haber invitado al policía que asesinó a una persona por la espalda, Luis Chocobar. A su turno, Massa, al hablar de seguridad, propuso un FBI argentino “instalado en Central Córdoba, en Rosario”.
El candidato de Unión por la Patria tuvo su gran momento cuando le endilgó a Bullrich no haberle pedido la renuncia al diputado de su partido Gerardo Milman, vinculado a la trama del intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández, luego de que Bullrich le enrostrara el escándalo de Martín Insaurralde.
Massa dijo querer terminar con la brecha salarial con la propuesta de pagar igual salario por igual tarea, cosa que ya existe en la ley de Contrato de Trabajo y en el artículo bis de la Constitución. La brecha salarial se produce porque las mujeres están ubicadas en la base de la pirámide, o sea, tienen peores cargos. Según el INDEC fue de 26,3% en 2022.
Uno de los momentos más críticos fue cuando Milei dio datos falsos sobre la donación de órganos y acusó al Incucai de corrupto. Además, al pasar, elogió a Mauricio Macri cuando le dijo a Bullrich que su “jefe” hace propuestas “coherentes”. El libertario conservador le devolvió así gentilezas a Macri, quien después de haber visto la performance de Bullrich en el primer debate, dijo que podría apoyar a un eventual gobierno de Milei a través de darle soporte legislativo.
El momento más descolocante fue cuando Bullrich acusó a Milei de tener chorros en las listas, quien le respondió con la misma acusación, pero ninguno lo negó. “¿Creés que vas a cambiar algo con tantos chorros adentro de tus listas?”, le preguntó la candidata de JxC. “Vos también tenés un montón de gente que viene de otros lados”, contestó Milei sin desmentir la acusación.
Milei cerró su participación criticando el debate y la casta. Bullrich se autopresentó como una luchadora portadora de firmeza, Bregman volvió a pedir el voto “por convicción”, Schiaretti tildó de fracasados al macrismo y al kirchnerismo y Massa volvió a apelar al recurso de despegue de la administración Fernández al asegurar que “lo peor ya pasó” y pidió: “el 22 de octubre te pido que vayas a votar sin bronca y sin odio”.
Fuente: Tiempo Argentino