El presidente Alberto Fernández pidió este jueves en la IX Cumbre de las Américas "reestructurar" la Organización de Estados Americanos (OEA) "removiendo de inmediato a quienes la conducen", si es que ese organismo "quiere ser respetado y volver a ser la plataforma política regional para la cual fue creada", argumentó. En ese sentido advirtió que "la OEA ofició de gendarme para facilitar un golpe de Estado en Bolivia" en 2019 y destituir al entonces presidente Evo Morales.
El jefe de Estado también postuló que la banca de desarrollo regional, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) "sin más demoras tiene que volver en su gobernanza a América Latina y el Caribe", al pronunciar su discurso en la IX Cumbre de las Américas.
Fernández criticó además a la administración del ex mandatario estadounidense Donald Trump por su "intervención" ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), a la que calificó de "decisiva" para "facilitar un endeudamiento insostenible en favor de un Gobierno argentino en decadencia", en alusión a la gestión de Mauricio Macri.
"Lo hizo con el solo propósito de impedir lo que acabó siendo el triunfo electoral de nuestra fuerza política. Por tamaña indecencia sufre hoy todo el pueblo argentino", remarcó Fernández.
En ese mismo contexto el presidente argentino sostuvo que "la renta inesperada" que la guerra en Ucrania "entregó como un regalo a grandes corporaciones alimenticias, petroleras y armamentísticas" debe ser "gravada para mejorar la distribución del ingreso". "¿Para qué nos eligieron si no es para llevar adelante medidas en beneficio del conjunto de la población y no de unos pocos?", se preguntó el mandatario al pronunciar su discurso en la IX Cumbre de las Américas.
Y en sintonía con el discurso del presidente Joe Biden echó por tierra el discurso neoliberal y liquidó la teoría del derrame que, advirtió, no funcionó nunca. "No hay teoría del derrame que haya funcionado, hay que tomar nota de eso y actuar en consecuencia", señaló. Fernández lamentó además que en la Cumbre de las Américas "no hayamos podido estar presentes todos los que debíamos estar", a la vez que alertó a Biden que "es momento de abrirse de modo fraterno" para "favorecer intereses comunes" porque la administración que lo precedió desplegó "una política inmensamente dañina para nuestra región".
"El silencio de los ausentes nos interpela", dijo el jefe del Estado y advirtió que "ser país anfitrión no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión". Con esas frases, Fernández aludió en la Cumbre de Los Ángeles a la decisión de Estados Unidos de no invitar a la reunión a las delegaciones de Cuba, Nicaragua y Venezuela. En el cierre Fernández ratificó el reclamo de la Argentina por la soberanía de las Islas Malvinas e invitó al presidente Biden a participar de la próxima reunión de la Celac. m1