El arzobispo García Cuerva estuvo al frente de una ceremonia interreligiosa y lanzó un fuerte mensaje. También habló el rabino -y asesor del nuevo presidente- Shimon Axel Wahnish.
El presidente Javier Milei llegó pasadas las 19.30 a la Catedral metropolitana, a la vera de la Plaza de Mayo, para celebrar una ceremonia interreligiosa, tras cruzar a pie desde Casa Rosada hasta el edificio eclesiástico, junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel y su gabinete de ministros. Allí monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, que es arzobispo de Buenos Aires, lanzó un fuerte discurso: "La verdadera libertad se expresa plenamente en la caridad".
En la homilía que dijo en la ceremonia interreligiosa, el Arzobispo García Cuerva indicó que: "Nos toca reforzar los cimientos que nos permitieron mantener viva la esperanza" y ratificó que es hora de "trabajar la unidad entre los argentinos, una fraternidad que reconozca y valore las diferencias. Que no sean usadas para fragmentar sino para encontrar nuestra respuesta a los problemas que nos acusan. Una fraternidad que no es un slogan. Nadie es prescindible ni descartable".
En ese mismo sentido, durante las palabras, aseguró que existe un "Díos que nos hace libres, que nos impulsa a comprometernos con los que más sufren" y, en esa parte del discurso, recordó una frase del Papa Francisco: "La verdadera libertad expresa plenamente en la caridad. No hay libertad sin amor". Y respaldó: "una de las concepciones más modernas difundidas sobre la libertad es esta. Que mi libertad termina donde empieza la tuya, pero aquí falta la relación. Falta el vínculo que nos dice el Papa. Esa es una visión individualista, sin embargo quien ha recibido el don de la liberación obrada por Dios no puede pensar que la libertar consiste en el estar lejos de los otros. La dimensión social es fundamental y nos permite mirar la bien común y no solo al interés privado".
Por otro lado, indicó: "También tenemos que advertirnos de las tormentas que nosotros mismo podemos generar y crear y con las que hacemos tambalear el país: las tormentas de la intolerancia, del sentirnos dueños de la verdad y de los mensajes de desesperanza y pánico y de creer que cuanto peor mejor".