El mundo cambió rápidamente el 31 de diciembre de 2019 cuando China reportó 27 casos de una neumonía de causa desconocida en Wuhan, provincia de Hubei. El nuevo coronavirus fue identificado una semana después, tras lo cual se compartió su secuenciación genética. Con esa información clave, la industria farmacéutica mundial avanza a una velocidad sin precedentes, junto a asociaciones públicas de investigación, en una posible respuesta terapéutica a la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2. Según datos recopilados por la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma) -que representa a las compañías y asociaciones farmacéuticas basadas en investigación de todo el mundo- en menos de un mes se pasó de 4 a 20 vacunas en investigación en distintos países. Además, según Ifpma -que también recoge datos de las otras dos grandes federaciones de la industria farmacéutica del mundo, la europea Efpia, la estadounidense Phrma, la Asociación de la Industria Farmacéutica de Corea (Krpia)- los laboratorios tienen identificados más de 30 medicamentos potenciales, de los cuales 14 están en la fase inicial de investigación; otros cuatro en la fase I de desarrollo y tres en la fase II, y uno ha comenzado los ensayos de fase III, la última antes de su aprobación.
Según información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay más de 40 candidatas a vacuna para prevenir la enfermedad COVID-19. Muchos de estos desarrollos en marcha provienen de equipos de investigación que venían trabajando en proyectos contra los virus del SARS y el MERS -otros coronavirus-, pero que luego de que esos brotes fueran controlados sufrieron una pérdida de interés. La mayoría de estos laboratorios farmacéuticos está desarrollando sus investigaciones en colaboración con las dos grandes redes mundiales existentes para fomentar la I+D biomédica en estos casos: la Coalición para las Innovaciones y la Preparación para Epidemias (CEPI), en Estados Unidos y la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI), en la Unión Europea.
Vacunas en desarrollo. Antes de 12 ó 18 meses, no será posible disponer de una vacuna eficaz, estiman los investigadores, considerando el mejor de los casos, y recuerdan que, por lo general, apenas una de cada diez vacunas en investigación logra finalmente ser aprobada. Por eso, subrayan la importancia de que más compañías adopten diferentes enfoques para encontrar una vacuna. Algunas de las investigaciones que se encuentran en esa carrera contrarreloj son:
- La alemana CureVac está desarrollando una vacuna profiláctica basada en la molécula ARNm contra el SARS-CoV-2 en colaboración con la alianza CEPI.CureVac espera comenzar el ensayo clínico a principios del verano en Alemania y Bélgica. El laboratorio británico GlaxoSmithKline (GSK) lleva adelante un proyecto junto con la alianza CEPI: puso a disposición su tecnología adyuvante para apoyar el desarrollo de vacunas candidatas y trabaja para eso con la Universidad de Queensland, en Australia. Además, se asoció con la empresa china de biotecnología Clover Biopharmaceuticals, a la que le proporciona sus adyuvantes para avanzar en la investigación.
- La compañía australiana CSL Limited también lanzó su programa de desarrollo de vacunas con la Universidad de Queensland, a la que en este caso se unió la compañía Seqirus con su tecnología adyuvante en la etapa de desarrollo preclínico.
- La multinacional Johnson & Johnson, a través de su división farmacéutica, Janssen, está trabajando con la Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico de Estados Unidos (BARDA) para acelerar el desarrollo de su vacuna contra el coronavirus.
- La compañía francesa Sanofi está investigando junto al Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos (HHS) para desarrollar una vacuna contra el coronavirus. A través de Sanofi Pasteur, su unidad global de vacunas, está aprovechando el trabajo de desarrollo previo para una vacuna contra el SARS que puede abrir un camino rápido en el desarrollo de una vacuna contra el SARS-CoV-2.
- La estadounidense Novavax también avanza en el desarrollo de una vacuna candidata y tiene previsto comenzar los ensayos en humanos a fines de junio.
- La farmacéutica estadounidense Pfizer se asoció a la compañía alemana Biontech para desarrollar conjuntamente un candidato a vacuna basado en la tecnología ARNm de Biontech para prevenir la infección por SARS-CoV-2. Estas compañías anunciaron que esperan empezar las pruebas clínicas a fines de abril.
- El ensayo de la primera vacuna experimental probada en humanos conocida con el código mRNA-1273, desarrollado en el Kaiser Permanente Washington Health Research Institute (KPWHRI), en Seattle, financiado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud. Ya comenzó a probarse en 45 voluntarios sanos de 18 a 55 años que participarán durante 6 semanas del ensayo clínico de fase 1.
- El proyecto del Ministerio de Defensa de China entró en fase de investigación clínica con 108 voluntarios de 18 a 60 años en quienes probarán tres dosis diferentes para evaluar su seguridad y cuál induce una mejor respuesta. Las primeras dosis fueron testeadas en personas de 18 a 60 años que viven en la ciudad de Wuhan, donde se originó el virus. Al frente de este desarrollo está la epidemióloga Chen Wei, líder del equipo de investigación de la Academia Militar de Investigación Médica.
- Israel también anunció que está en carrera con el desarrollo de una vacuna oral a partir de una utilizada en aves de corral. La iniciativa corresponde al Instituto Migal (Instituto de Investigación de Galilea), ubicado en KiryatShmona. Calculan que las pruebas en humanos se iniciarán en dos o tres meses.
Medicamentos en investigación. En cuanto a los posibles medicamentos candidatos a tratar la enfermedad COVID-19, se encuentran antivirales, probados anteriormente en patógenos como el ébola y el VIH, y otras líneas de investigación que incluyen inhibidores ACE (enzima convertidora de angiotensina), inhibidores de la proteasa o fármacos inmunoterápicos, antimaláricos y anticuerpos monoclonales. Estas investigaciones apuntan a encontrar medicamentos ya aprobados para otras enfermedades pueden tener algún beneficio para los pacientes con COVID-19. Estos medicamentos podrían reducir la carga de COVID-19 en pacientes hospitalizados, reduciendo la duración y gravedad de la enfermedad.
Fuente: Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma); Farmaindustria; Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (Efpia); Investigadores y Productores Farmacéuticos de América (Phrma); Asociación de la Industria Farmacéutica de Corea (Krpia); Organización Mundial de la Salud.