Una de las características más comunes de los teléfonos antiguos era la presencia de baterías removibles, las cuales podían ser reemplazadas por los propios usuarios. Sin embargo, este componente ha desaparecido en la mayoría de los móviles modernos, que ahora cuentan con una pila no extraíble.
A diferencia de los antiguos teléfonos, los modelos modernos integran una batería sellada que viene adherida al cuerpo electrónico del dispositivo, y que no necesita de un panel trasero. En este sentido, no puede ser removida por los usuarios, sino que, para extraerlas, es necesario recurrir a un técnico especializado.
Aunque una batería removible tenía muchos beneficios y era una buena manera de apagar un teléfono congelado, los fabricantes consideran que esta característica es obsoleta y que va en contra de las actuales demandas de los usuarios, que buscan dispositivos cada vez más modernos y delgados. Las principales razones son las siguientes:
- Teléfonos más delgados: según Android Central, la batería removible era un verdadero obstáculo para que los fabricantes desarrollen un móvil más delgado y todo pantalla, ya que este componente generaba que el dispositivo sea más grueso y también quitaba espacio.
- Evitar daños los equipos: aunque las baterías removibles se podían extraer con facilidad, muchos usuarios utilizaban pilas de mala calidad. Al estar adherida al cuerpo del móvil, solo los técnicos la pueden retirar.
- Móviles más seguros: con la batería ensamblada por dentro, los ladrones tendrán mayor dificultad de desactivar las funciones de rastreo.
- Resistencia al agua: al ya no tener una tapa trasera y convertirse en dispositivos unibody, hay menos posibilidades que ingrese algún líquido al interior del móvil que pueda dañarlo.