Por mucho tiempo se ha creído que la leche y sus derivados son alimentos especialmente importantes en la dieta cotidiana, especialmente en las primeras etapas de la vida en que se consideran una de las principales fuentes de calcio para el buen desarrollo del sistema óseo y otras funciones del cuerpo.
Sin embargo, los investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard enviaron un mensaje sobre el consumo de la leche y sus derivados, en vista de que el consumo de estos productos se encuentran asociado al desarrollo de cáncer de próstata y ovario. Asimismo, por su alta concentración de grasas saturadas y los químicos presentes en sus procesos de producción, se desaconseja su inclusión en la alimentación habitual.
Para suplir los nutrientes y vitaminas que poseen los lácteos, la investigación aconseja comer verduras como la lechuga, la coliflor, el brócoli y otros afines, además de granos de diversas especies vinculados con la producción de calcio en el cuerpo.