El arzobispo Mario Cargnello, máxima autoridad eclesiástica de Salta; el sacerdote Lucio Ajaya; el obispo emérito Martín de Elizalde y el vicario judicial Loyola Pinto y de Sancristóval, acusados por violencia de género contra las monjas Carmelitas Descalzas del Convento San Bernardo, fueron condenados por la Justicia.
Luego de comprobar los hechos de violencia que sufrieron las Carmelitas Descalzas por más de 20 años, entre ellos violencia física, psicológica y económica, la jueza Carolina Cáceres mantuvo la prohibición de acercamiento que les había impuesto en 2022, el mismo año en que se inició la causa. La magistrada también dictaminó que los religiosos deberán cumplir con tratamiento psicológico por seis meses y los obligó a cumplir con una capacitación de género y violencia de género bajo la supervisión del Observatorio de Violencia Contra las Mujeres. También ordenó notificar de la condena al papa Francisco.
Por otro lado, la jueza instó a las denunciantes a realizar retiros o ejercicios espirituales para abordar psicológicamente las consecuencias del maltrato sufrido y deberán “presentar ante este Juzgado las constancias respectivas de manera mensual durante el plazo de seis meses”. Uno de los hechos comprobados expuestos por las Carmelitas Descalzas fue “la obstrucción/demora/negativa en la elección de la priora y el préstamo de dinero al obispo sin devolución a la fecha, lo que configuró violencia de género del tipo psicológica y económica”.
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