César Luis Menotti, icónico y emblemático director técnico del seleccionado de fútbol de la Argentina campeón del mundo en 1978, falleció en las últimas horas, luego de permanecer internado durante el mes de abril último por un cuadro de anemia severa. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), la misma a la que el propio ‘Flaco’ engrandeció con una labor de enorme dimensión, comunicó la muerte del director técnico rosarino, quien en noviembre venidero hubiera cumplido 86 años.
“La AFA, a través de su presidente Claudio Tapia, lamenta profundamente el fallecimiento de César Luis Menotti, exentrenador de la Selección Argentina quien actualmente se desempeñaba como Director General de Selecciones Nacionales, y envía su más cálido abrazo a familiares y seres queridos”, reza el texto. Precisamente, el titular de AFA, “Chiqui” Tapia, también se refirió a la muerte del prestigioso DT y dijo que representa un “dolor inmenso tener que despedirte. Nos dejaste mucho en tu paso por la Selección Argentina y por el fútbol”.
“Sin dudas tu paso a la inmortalidad será con el mejor de los recuerdos de todos los que amamos la redonda. Hasta siempre querido amigo”, completó el máximo directivo actual del fútbol local. Menotti, que también dirigió al equipo albiceleste que se consagró campeón Mundial Juvenil 1979 en Japón con Diego Armando Maradona como figura de excepción, se había desempeñado como futbolista en Rosario Central, Racing Club y Boca Juniors, entre otros clubes. Actuaba como un mediocampista de buena técnica y fuerte pegada. Empezó su carrera como director técnico en Newell’s Old Boys, a principios de los ’70, pero la entidad con la que alcanzó una impronta particular, cercana a su filosofía futbolística fue Huracán. El “Globo# campeón del Metropolitano ’73 es el fiel reflejo del equipo que se impone con prepotencia apelando al precepto de las tres ‘G’: el que gana, gusta y golea.
Fue Menotti quien, entre 1974 y 1982, cambió las reglas de la selección argentina, hasta entonces un equipo marginado incluso por el desinterés de la AFA. Tras un pasado como talentoso y poco esforzado mediocampista de Central, Boca y Racing en los 60, Menotti ganó popularidad como joven técnico del Huracán campeón de 1973. Fue entonces que, en las semanas siguientes al fracaso argentino en el Mundial 1974, el “Flaco” fue elegido para la selección a cambio de una condición: que el equipo nacional fuera la prioridad, incluso cuando River y Boca le negaban los jugadores. Sus antecesores en el cargo habían durado muy poco: la selección venía de un golpe tras otro, incluso con la ausencia en México 1970.
Todavía en democracia, Menotti consiguió el apoyo de la AFA y empezó a sentar las bases para una selección moderna. Afiliado al Partido Comunista, el rosarino pensó que sería despedido tras el Golpe de Estado en marzo de 1976, pero se mantuvo al frente de la selección. Su mayor alegría llegaría en el Mundial más polémico de todos, aunque una injusta mancha se posaría sobre el técnico y los jugadores, como si hubiesen sido cómplices de los festejos en dictadura.
Convertido casi en un filósofo del fútbol, siempre a favor del fútbol ofensivo -la “nuestra”, el supuesto estilo argentino-, Menotti también lideró la fantástica selección juvenil que ganó el Mundial Sub 20 Japón 1979, ya con Diego Maradona, pero luego llegaría el fracaso de España 1982 y su alejamiento del cargo, decidido por Julio Grondona. Curiosamente, desde entonces ya ganaría muy pocos títulos en el resto de su carrera, apenas un puñado de copas menores con el Barcelona entre 1982 y 1983.
Mientras se entregaba a una polémica eterna con Carlos Bilardo, el técnico de la segunda estrella en México 1986 -ambos líderes de diferentes estilos-, Menotti tuvo relaciones de amor con espinas con Boca e Independiente: armó equipos fantásticos pero se fue en el momento menos esperado, siempre antes de sumar títulos. En River, en cambio, protoganizó una campaña muy por dejado de la esperada, al igual que en sus experiencias europeas en el Atlético de Madrid y la Sampdoria. En todo caso, el legado que dejó Menotti ya estaba realizado. Sin Argentina 1978 -ni México 1986- no habría existido Qatar 2022. El fútbol argentino le debe mucho.
Tiempo Argentino / somotélam