Los ministros de energía del Grupo de los Siete países industrializados rechazaron por unanimidad la demanda del presidente ruso, Vladimir Putin, de que los contratos de gas natural se paguen en rublos. La orden representa un "incumplimiento claro y unilateral de los contratos", dijo este lunes el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, después de presidir las conversaciones del G-7, que involucra a Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos. “Eso significa que un pago en rublos no es aceptable e instamos a las empresas relevantes a no cumplir con la demanda de Putin”, señaló Habeck, según consigna la agencia especializada Bloomberg.
La orden de que los "estados hostiles" realicen pagos de gas natural en rublos esencialmente obligaría a las empresas europeas a apuntalar directamente la moneda después de que cayera en caída libre por las sanciones impuestas a la economía rusa tras la invasión de Ucrania por parte de Moscú. Putin ordenó a su gobierno, a Gazprom y al banco central que preparen todos los documentos necesarios para cambiar a pagos en rublos antes del 31 de marzo.
Los líderes de la Unión Europea la semana pasada también rechazaron enérgicamente el intento de Rusia de exigir que los pagos se realicen en rublos. “Es una violación de contrato, y los contratos se considerarán violados si Rusia implementa esta condición”, había deslizado el primer ministro italiano, Mario Draghi, el viernes pasado.
Europa obtiene alrededor del 40% de su gas de Rusia y ya está lidiando con las consecuencias de los precios récord de este invierno. “El esfuerzo de Putin por abrir una brecha entre nosotros es obvio, pero pueden ver que no permitiremos que nos dividan y la respuesta del G-7 es clara: se cumplirán los contratos”, dijo Habeck. Por otra parte, Scholz reiteró el lunes que los contratos de gas deben cumplirse en la moneda en la que se acordaron originalmente.
“Como ya dije, los contratos de los que somos conscientes son mayoritariamente en euros y las empresas los pagarán en consecuencia”, dijo Scholz después de las conversaciones con su homólogo sueco en Berlín. “Tenemos una situación en la que, para decirlo de manera muy simple, los contratos deben cumplirse”.