Con la inflación más alta en cuatro décadas, Estados Unidos entró en una etapa de tasas altas de interés y bajo crecimiento, aunque con cifras de empleo sólidas y un gasto del consumidor resiliente. La economía, más que nunca, ha sido el centro del debate en la campaña de las elecciones de medio término que se llevan a cabo este 8 de noviembre.
Sin auge, ni caída, la economía de Estados Unidos -la inflación en particular- se ha convertido en el eje principal de las elecciones de medio término en Estados Unidos. Y en un elemento clave para la decisión de los votantes.
El efectivo en circulación de los hogares, cerca de niveles récord, está siendo utilizado para ir a restaurantes y comprar autos nuevos; las ofertas de empleo están a la orden del día y el patrimonio neto de sus habitantes es un 30% más alto que antes de la pandemia. Pero también es cierto que la inflación está en su mayor nivel en cuatro décadas, que las tasas de referencia del Banco Central saltaron de entre 0% y 0,25% a entre 3,75% y 4% en menos de un año y que los precios de la gasolina, si bien han bajado, siguen históricamente altos.
En general, se espera que la economía crezca en 2022, aunque lentamente, después de las preocupaciones a principios de año de que había comenzado a contraerse y estaba dirigiéndose peligrosamente a una recesión. Con lo anterior en mente, las elecciones de medio término de este martes serán definitivas para el presidente demócrata Joe Biden, sea porque pueda conservar la mayoría que tiene en el Congreso o porque llegue a ser controlado por los republicanos, dificultando el camino legislativo de su agenda liberal.
¿A quién culpar de la situación?
Los republicanos han hecho de la economía su caballo de batalla número uno y acusan a Joe Biden y a los demócratas de impulsar la inflación con grandes paquetes de ayudas e ignorar la difícil situación económica de las familias estadounidenses que enfrentan el aumento vertiginoso de los precios de la energía y los alimentos.
“Si piensas en los problemas que enfrentamos como país, ves la inflación en su nivel más alto en 40 años, ves la frontera abierta, ves los problemas energéticos que tenemos. Todos esos problemas no se materializaron de la nada. Todos han sido creados por las propias políticas de Biden. Él está causando esto con los préstamos de billones de dólares que desencadenaron la inflación”, expresó el lunes 7 de noviembre el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en un discurso de campaña en la ciudad de Hialeah.
Por su parte, el jefe de Estado, que no suele referirse directamente a la inflación en sus discursos de campaña, sí ha defendido sus políticas para contenerla. "Por cierto, la invasión de Ucrania por parte de (Vladimir) Putin hizo que los precios de la gasolina se dispararan en todo el mundo. Pero debido a las medidas que hemos tomado, están bajando", defendió Biden en un acto de campaña en Albuquerque, Nuevo México, la semana pasada, tratando de equilibrar las percepciones de los votantes.
En efecto, después de llegar a un histórico de cinco dólares por galón el verano pasado, el precio promedio de la gasolina regular en el país ha caído a 3,8 dólares, pero aún es mucho más alto que los 2,53 dólares que pagaron los propietarios de automotores en la semana anterior a la toma de posesión de Biden en enero de 2021.
En tanto, los precios de los alimentos subían a una tasa anual del 11% a partir de septiembre, el ritmo mensual más rápido desde febrero de 1979, cuando Jimmy Carter ocupaba la Casa Blanca.
Las elecciones de medio término han sido consideradas históricamente como una especie de referendo del gobierno de turno. Esta vez, la economía tendrá un papel más preponderante que nunca en las mentes de los votantes y se ha convertido en la oportunidad de oro de la oposición republicana para obtener réditos políticos de un panorama que luce sombrío. F24 / Reuters y AP