El proyecto busca retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años, es rechazado por dos de cada tres franceses y ya recibió contundentes muestras de rechazo ciudadano el 19 y el 31 de enero, cuando salieron a las calles más de un millón de personas.
"Llamo a los trabajadores, a los ciudadanos, a los jubilados a manifestar masivamente", dijo hoy Laurent Berger, líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT). «El Presidente no puede permanecer sordo», agregó en declaraciones a la radio France Inter. Desde su presentación en enero, los sindicatos organizaron grandes movilizaciones sin lograr que el Gobierno dé marcha atrás.