Con el voto unánime de los casi 3.000 delegados que conforman la Asamblea Popular Nacional, Xi Jinping se convirtió en presidente de la República Popular China por tercer mandato consecutivo, algo que solo ha podido conseguir tras haber cambiado la Constitución en 2018 para eliminar la restricción de dos mandatos.
Nadie dudaba de que Xi Jinping saldría elegido para un tercer mandato presidencial consecutivo este viernes y así ocurrió. Con el voto unánime de los casi 3.000 delegados que forman la Asamblea Popular Nacional, el legislativo chino, y con un fuerte aplauso posterior, Xi Jinping se convirtió en el presidente con más periodos en poder en la República Popular China desde los tiempos de Mao Zedong.
Su rostro dio pocas muestras de alegría. Con seriedad hizo una reverencia a los delegados que ratificaron al mandatario como el líder de los tres poderes del país: el Estado, el Partido, con cada vez más peso sobre el entramado estatal, y el Ejército, pues Xi controla también la Comisión Militar Central.
El poder sobre el partido ya había sido ratificado en octubre de 2022 durante el 20º Congreso del Partido Comunista de China. Las bases para todo ello las puso el propio Xi en 2018, cuando impulsó una reforma constitucional para abolir la restricción de un máximo de dos mandatos consecutivos e incluyó sus tesis, que reforzaron el culto al líder.
De este modo, se derogó un término establecido por el reformista Deng Xiaoping en 1982 para evitar la figura de un líder supremo, como ocurrió con Zedong. Por el momento, Xi, de 69 años, gobernará los próximos cinco años sin un futuro sucesor a la vista. France24 / EFE / REUTERS