La conocida marca de cosméticos Avon solicitó protección bajo el Capítulo 11 en Estados Unidos, como una medida para gestionar una deuda que supera los u$s1.000 millones, acumulada a raíz de demandas relacionadas con productos a base de sustancias cancerígenas. La solicitud, formalizada el 12 de agosto de 2024, revela la dificultad de la empresa para enfrentar las 386 demandas en su contra.
Este movimiento sigue el ejemplo de otras grandes corporaciones como Johnson & Johnson, que también consideró la bancarrota como una estrategia para manejar reclamaciones legales vinculadas al talco. Johnson & Johnson ha estado explorando soluciones similares para consolidar y resolver un gran volumen de demandas a través de acuerdos centralizados. Según informó el diario británico The Guardian, la quiebra de la marca de productos cosméticos impactó en su empresa matriz, Natura&Co, con sede en Brasil, que adquirió Avon en 2020. La empresa brasileña reportó una pérdida neta en el segundo trimestre de 2024, en gran parte debido a amortizaciones relacionadas con la quiebra de Avon.
La quiebra fue declarada el lunes 12 de agosto ante la dificultad económica para enfrentar 386 demandas en su contra, en las que se alegan que su talco cosmético está contaminado con sustancias cancerígenas. La compañía niega estas acusaciones y afirma que solo utiliza talco cosmético libre de asbesto. Ante esta situación, Avon contrajo una deuda de US$1300 millones, de los cuales US$78 millones están relacionados con este producto. En su intento de reestructuración, la empresa brasileña Natura propuso comprar las operaciones comerciales de Avon fuera de Estados Unidos, por US$125 millones.
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