La ex ministra de Educación Analía Berruezo fue designada en el cargo de Supervisora de la Dirección General de Educación permanente de jóvenes y adultos.
En la famosa novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, “Il Gatopardo”, el personaje de Tancredo dice: “Hay que cambiar todo para que nada cambie”. Pareciera ser que el gobernador, Gustavo Sáenz es hombre de libros y ha pasado por las páginas de esta célebre obra porque está aplicando a la medida aquellas palabras: Un nuevo gobierno para un viejo esquema de poder.
Al hecho de que prácticamente todo el plantel de Grand Bourg que venía desempeñándose –si esta puede ser la expresión- durante el gobierno de Juan Manuel Urtubey, continúa atornillado a los asientos, ahora los ciudadanos tienen que asistir atónitos a la contemplación del más desvergozado de los procedimientos políticos; el que todos los que estuvieron sospechados de alguna matufia, vuelvan a sentarse en los espacios de poder.
Ahora, el Boletín Oficial "denuncia" que la ex ministro de educación, Analía Berruezo, ha sido nombrada como supervisora de la Dirección General de Educación Permanente de Jóvenes y adultos, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, demasiado nombre para un intelecto tan corto.
No es una afirmación peyorativa, sino una expresión de la realidad que los salteños vivieron durante la “gestión” de esta licenciada cuyo nombre terminó envuelto en una supuesta y nunca probada complicidad con la ex dirigente de ADP, Patricia Argañaraz, denunciada por desfalco, asociación ilícita y miembro de una supuesta cadena de favores que tocaba a la puerta de Berruezo y a través de la cual se otorgaban títulos “truchos”.
En todo caso, el único “cambio” que los salteños pueden apreciar hasta ahora en el gobierno de Sáenz, es un “cambio de velocidad”, porque ya tocando los tres meses de gestión todo se desenvuelve con lentitud exasperante y el gobernador sigue comiéndose gustoso “los sapos” heredados, como la cuestión de los chicos que mueren en el norte.
El ministerio de Educación en particular es un páramo donde no están cubiertos cargos, hay personal que no sabe aún su destino y otros se superponen, mientras un ministro como Matías Cánepa, trata de ensayar alquimias para ver de que los dioses lo iluminen para dónde agarrar.
Los “Autoconvocados” no están contentos con el arreglo firmado y no sería extraño que en los próximos días el inicio de clases se vea complicado.
¿Hasta cuándo abusarás Gustavo, de nuestra paciencia?