La cirugía fue practicada en la institución sanitaria a una paciente de 26 años, quien recibió el alta médica hoy. El jefe de servicio de Neurocirugía, Enrique Vergara, explicó que es la segunda vez que se hace este tipo de intervención en el San Bernardo. “Estoy muy conforme con los resultados y con el equipo que trabajo en ello. Desde neurocirujanos, neuropsicólogos, enfermeros, anestesiólogos. Hay una gran variedad de recurso humano involucrado en este tipo de cirugía”, recalcó el profesional. Vergara expresó que el paciente despierto es de gran ayuda para el cirujano, ya que se le indica algunas acciones a realizar durante la intervención. “Le decimos mueva sus piernas, sus brazos. ¿Cómo está?, ¿cómo se siente? Estas situaciones son muy importantes para nosotros dado que nos permiten monitorear el curso de la operación segundo a segundo”. Además, dijo que este tipo de intervención quirúrgica se realiza en algunas provincias de Argentina. Y que es muy importante que se cuente con los profesionales y la tecnología en el hospital San Bernardo.
¿Para qué sirve esta intervención quirúrgica? El médico neurocirujano a cargo de la operación, Guillermo Vergara (h), afirmó que la cirugía a paciente despierto sirve para patologías que se encuentran en un área del cerebro que son importantes para cualquier tipo de función. “El tratamiento de la cirugía con el paciente despierto nos permite evitar que cuando uno está resolviendo el problema -como sacar el tumor- puede lesionar estructuras vitales, y que si el paciente está dormido uno no lo sabe hasta que se despierta”, dijo el profesional. También señaló que al estar despierto el paciente durante todo el procedimiento ya marca una diferencia en el post operatorio porque se sabe en todo momento como está “uno le da el comando y el paciente va siguiendo la orden. Así sabemos bien donde estamos trabajando, y eso hace que el paciente responda. Si responde, uno está en un área segura y nos da tranquilidad que no estamos produciendo ningún daño” Vergara explicó que la patología que más se trata con este tipo de operación son los tumores. Y, con menor frecuencia patologías vasculares como malformaciones arteriovenosas, o cavernomas. Una vez finalizada la operación. el paciente sale despierto, va a la terapia intensiva por 24 horas, y al tercer día, recibe el alta. “La cirugía se realizó el viernes 24, con un diagnóstico de malformación arteriovenosa. Esto significa que las arterias y venas malformadas están ubicadas en lugares del cerebro donde no corresponden, y que por esa mala localización y por la anomalía de las arterias, se rompen, y generan un ACV hemorrágico.”, agregó el neurocirujano. El diagnóstico de la paciente asistida en el hospital San Bernardo se da –aproximadamente- entre el 5% y 7% de todos los ACV hemorrágicos.
Anestesia en una craneotomía. El anestesiólogo participante en la cirugía, Jesús Arancibia, explicó las diferencias entre una anestesia común y una craneotomía con paciente despierto. “Básicamente radica en el manejo del fármaco. Durante el periodo intraoperatorio, donde el paciente se encuentra con el cráneo abierto necesita una profundidad anestésica adecuada para que los cirujanos puedan trabajar cómodos y la paciente pueda tolerar el procedimiento quirúrgico propiamente dicho”, señaló Arancibia. También dijo que “como neuroanestesiólogos hacemos un bloqueo, que es una anestesia en el cuero cabelludo. Son de siete a 14 puntos que se localizan en el cráneo antes de que empiece la intervención, ayudados por fármacos endovenosos; para que el paciente pueda colaborar con las órdenes que el neurocirujano le va dando y, así, trabajar en base a su respuesta”. El médico concluyó en la importancia de trabajar en equipo. “Es una cirugía que tuvo un enfoque multidisciplinario, desde el equipo de neurocirugía, anestesiología, neuropsicología, monitoreo neuroinvasivo, todo lo que llevó a su éxito.