A menos de un mes de la asunción del nuevo gobierno, con los piqueteros y el peronismo portándose como señoritos ingleses, la CGT y el Polo Obrero marchando por las veredas como indicó la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, habiendo permitido mediante una puesta en escena que el oficialismo nombrará al presidente provisional del Senado y copara las presidencias de las comisiones, el elenco ministerial de Javier Milei ya está en medio de un tembladeral político, fruto de su propia impericia y su desconocimiento del arte de la política.
En las inmediaciones del ministro del Interior, Guillermo Francos, niegan que sea cierto que el mismo haya estado cerca de tener que dejar su cartera la semana que pasó. Pero, en otros ámbitos gubernamentales, se asegura que es verdad. "El tipo se sube a todas, está acá y allá, le encanta figuretear en los medios y que todos lo mencionen como el único artífice político del Gobierno, pero la está cagando en la relación con los gobernadores. El lío que se armó con el tema de pasca con (Ignacio) Torres (gobernador de Chubut) ni siquiera lo vio venir y ahora corren riesgo varios votos en el Congreso", dice un diputado de La Libertad Avanza.
Ese no es el único problema. Javier Milei necesita cada voto de la oposición no kirchnerista en las Cámaras y el enojo de otros legisladores del interior es grande. Jujuy por ejemplo, con diputados radicales que responden a Gerardo Morales enojados porque el Gobierno federal pretende arrebatarle a la provincia la explotación del litio, por un lado, y porque la disminución de diputados en la Cámara Baja, los afecta directamente, dado que el proyecto oficial pretende quitar el mínimo de 5 diputados por provincia. Tampoco eso se lo vio venir Francos.
Además, el Gabinete de Milei, es conglomerado de gente que jamás trabajó junta, no se conocen, vienen de diversos orígenes y se están "operando" unos a otros desde que se sentaron en sus despachos. "Les preocupa más medirse a ver quien la tiene mas larga con el Javo, que reemplazar a los funcionarios peronistas, en muchos casos de La Cámpora, que son los que siguen manejando los ministerios porque estos no entienden nada", dicen quienes se asomaron recientemente a ver como funciona el elenco de ministros.
Pero Francos no es el único señalado por sus colegas. Cerca de terminar la semana, fue eyectado de su cargo el subsecretario de trabajo, Horacio Pietrau, por ser el supuesto responsable de un acuerdo con Armando Cavalieri que no estaba en los planes. El despedido dice, en la intimidad, que él solamente operativizó lo que le pidió el Secretario del área Omar Yasín y, a su vez, que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, estaba de acuerdo: "Sino, ¿por qué vino a la foto con Cavalieri?". Efectivamente, el día que se concretó el diálogo, se hizo una foto en la que se ve muy sonriente a la mejor amiga de Milei junto al gremialista. La realidad, dicen, es que quien alertó sobre la inconveniencia de ese acercamiento público, fue el jefe de Gabinete, Nicolás Posse y, rápidamente, entre Pettovello y Yasín, eyectaron a Pietrau para que el golpe no les cayera a ellos. "Pettovello esta casi más a salvo que nadie, el Presidente la quiere profundamente, pero eso no la salva de las operetas internas", explican.
Otro que está en el ojo de la tormenta es el ministro de Defensa, Luis Petri, quien ordenó una inesperada purga militar con el retiro de 22 generales, algo así como el despido masivo mas grande de la historia de la democracia dentro del Ejército, algo totalmente inesperado en un Gobierno como el de Milei y que produjo una fuerte inquietud dentro de las Fuerzas Armadas. Las quejas le llegaron al Presidente por la vía de la vice, Victoria Villarruel, de aceitados vínculos con las Fuerzas y fue cuando el titular del Ejecutivo se enteró que, cuando firmó el Decreto que implicó el ascenso de Carlos Presti como jefe de las fuerzas terrestres, había pasado a retiro a semejante cantidad de generales. Le ordenó al ministro Petri, dicen que de muy mal modo, "arreglar el problema". Dentro de las fuentes castrenses, dudan que esto pueda ocurrir: "No puede, arreglarlo es sacar otro decreto rectificatorio y Presti perdería el cargo, sería un papelón histórico. Quieren darles cargos en el Ministerio, pero no hay plata como dice el presidente. Y los militares quieren su mando, no ser ñoquis detrás de un escritorio para subsanar un error". Todo indica que la crisis va a superarse, pero que la relación de Milei con Petri quedó severamente dañada, en un ministerio que de por sí, no hay forma de tener un problema si no es autogenerado.
Otro al que su incontinencia verbal lo hace caminar por la cornisa, es al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. Esta claro que el Gobierno de Mieli tiene un acuerdo para no avanzar con las causas de corrupción contra el kirchnerismo. Pero al Presidente le resultó innecesario que su ministro ande repitiendo a los cuatro vientos que no va a "perseguir opositores". Incluso, parte de ese acuerdo fue que tanto la Oficina Anticorrupción como la Unidad de Información Financiera, pierdan su capacidad de querellar, pero tampoco eso hacía falta decirlo, ni defenderlo en entrevistas diversas. Bastaba con callar.
"Hay tipos, como Libarona, que no entienden la mecánica de comunicación nuestra desde la campaña. Acá se dice una cosa y se hace lo que se quiere. Pero la gente ve lo que decimos, no lo que hacemos. Cuando decimos que el ajuste lo va a pagar la casta, gritan motosierra, ¿entendés? Este tipo tiene que repetir que el que las hace las paga y no andar profundizando, con eso bastaba, pero quiere explicar, quedar bien con sus amigotes y nos esta generando un quilombo", dicen en el área de Comunicación, los estrategas históricos de Milei.
La consecuencia de la necesidad mediática de figuración de Cúneo Libarona, despertó la ira de muchos sectores que ideológicamente deberían ser cercanos al Presidente y que, de hecho, así se manifestaron, pero creen que es una premisa indiscutible del cambio, juzgar a los corruptos. María Eugenia Talerico, Javier Iguacel, Laura Alonso, Alvaro de Lamadrid y Alejandro Fargosi, entre otros, iniciaron una campaña pidiendo Justicia y culpando al ministro de la cartera por dicha política acuerdista. "Lo hacen porque en el contexto en que no sabe si van a aprobarle el DNU, que es lo que va a quedar de la ley ómnibus y el armado de un Gabinete que no termina de ser, apuntarle al Presidente creen que sería colaborar con el kirchnerismo. Pero, saben que el acuerdo es de Mieli, Cúneo lo ejecuta de mil amores, pero ese acuerdo lo cerró Francos con el Instituto Patria", asegura una fuente que trabaja muy cerca de quienes piensan generar un hecho político el próximo jueves 18 de enero, en una marcha recordando "el magnicidio" (así lo llaman en la convocatoria), del fiscal Alberto Nisman.
Otro funcionario que llegó y ya está al borde del abismo es Omar de Marchi, Secretario de Relaciones Parlamentarias, dependiente del jefe de Gabinete de Ministros. Su rol es articular con el Congreso, y el presidente lo colocó allí, para "pagarle" el modo en que consiguió romper Juntos por el Cambio en Mendoza y como complicó la elección de Alfredo Cornejo para gobernador. Pero ahora se da cuenta Milei, que mejor hubiese sido darle otro lugar.
De Marchi es el único funcionario de todo el gabinete que tuvo en cargo legislativo electivo antes, justamente fue diputado nacional. Pero eso, pese a la errónea suposición del titular del Ejecutivo, no lo hace idóneo para el cargo. "Si fue un diputado que quedó de culo con todos los demás, no puede negociar nada", alertan dentro del propio gobierno. Contra el mendocino tiene una vendetta pendiente el radicalismo por como le apuntó a Cornejo en Mendoza. Dentro del bloque PRO, tiene también resistencias. Su jugada en la provincia cuyana implicó traicionar a Horacio Rodríguez Larreta y que además Patricia Bullrich debiese intervenir el partido en el distrito durante la campaña electoral, pera que no le fuese a las PASO contra Cornejo, es decir, no hay área del PRO dispuesta a dialogar con De Marchi, y además tiene cuentas pendientes con Emilio Monzó, líder "espiritual" del bloque que conduce Miguel Pichetto.
En resumen, De Marchi no tiene diálogo con ninguno de los tres bloques que Milei necesita para activar las leyes requeridas para no sufrir un golpe de impacto inmediato en su credibilidad pública. "Paga mal, porque paga con cualquier cosa y no tiene quien lo advierta, porque nadie de los que tiene cerca, sabe la historia de nadie, como son las relaciones previas, no entiendan nada de este mundo", explica uno de los pocos políticos avezados en el esquema mileista.
Qué pasa en el área de Comunicación
En el área de Comunicación también la cosa esta que arde. El único que hace feliz a Milei hasta ahora es el vocero, Manuel Adorni. Pero, desde la renuncia de Belén Stettler como secretaria del área, explotó una interna de tres patas. Por un lado, el desembarco del periodista Eduardo Serenellini, puso en alerta a las huestes de Santiago Caputo, quien había propuesto a la secretaria renunciada y que es valorado por el Presidente como un instrumento fundamental de su victoria electoral. Pero fue el mismo mandatario quien convocó al ex periodista de La Nación+, que arribó con un equipo de jóvenes neófitos, desconocidos para el área, para los medios con los que deben tratar, para la LLA y para nadie que no sea el propio Serenellini, que, además, desplazó a todos los hombres de Caputo que andaban por ahí.
"Eduardo tiene una visión muy diferente, es de otra época. No entiende ni cree en las redes sociales y es totalmente distinto a chicos como Caputo o Iñaki (Gutiérrez), esto va a terminar mal", dice una fuente que conoce a todas las partes en disputa. Justamente el joven que manejó las redes de Milei en campaña junto a su novia Eugenia Rolón y que manejaron las del gobierno hasta la semana pasada, acaba de sufrir un golpe duro, cuando el presidente le quitó el manejo de todas las cuentas oficiales, después de haber repostado desde una de ellas, una foto de el mismo con su novia, saludando por el Año Nuevo. Un error infantil que el caputismo aprovechó para empujarlo al borde del edificio, después de que, quien había sido elegido como subsecretario, Eduardo Roust, tuviese que dejar el cargo por la pelea con Iñaki. Pero en el medio de esas operaciones cruzadas, Milei les metió a Serenellini. Dicen que los jóvenes tuiteros y el grupo del consultor, estarían llegando a un armisticio momentáneo, para apuntarle al periodista nacido en Canal 26.
En síntesis, el Gabinete es un nido de operaciones, falta de eficiencia, ninguna "muñeca política" y varios funcionarios que bordean el precipicio y temen ser empujados por otros, que, a su vez, también tienen un pie en la cornisa y otro en el aire. Los primeros gabinetes suelen tener una vida bastante corta, están sometidos a un recambio por desgaste dentro del primer año de gobierno, pero en este caso, "es como cuando compras un lácteo en el Chino, la fecha vencimiento es mañana o pasado", grafica una fuente del propio partido de Gobierno. iP