Actualidad Economia

En febrero, el salario pretendido promedio alcanzó los 600.705 pesos mensuales, según el Index del mercado laboral elaborado por Bumeran, portal líder en búsquedas de empleo de Latinoamérica. Esto implicó un incremento del 17,45 por ciento respecto al promedio del mes anterior, de modo que las pretensiones de recomposición salarial quedaron por debajo de la inflación minorista del mes anterior, enero, que fue del 20,6 por ciento, tal como informó Indec.

La percepción de que los salarios se deben una recomposición mayor a los precios aparece reforzada por la fuerte pérdida del poder adquisitivo acumulada en los últimos meses, principalmente a partir del salto del 25,5 por ciento en el IPC del mes de diciembre pasado.

En los últimos 12 meses, el Index de Bumeran aumentó un 161,42 por ciento, es decir, notablemente por debajo de la inflación acumulada Hasta febrero) que fue del 276,2 por ciento. Incluso si se mide el aumento de precios al consumidor hasta enero, la variación interanual del 254,2 por ciento, también resulta sensiblemente superior al aumento del salario promedio de Bumeran en el mismo período.

En el mes de febrero, las pretensiones salariales crecieron con más fuerza que en los meses anteriores, posiblemente reflejando la necesidad de no seguir convalidando el fuerte retraso. Durante el mes de febrero, los salarios promedios requeridos más altos fueron los de Tecnologías de la Información con 1.797.500 pesos por mes para las posiciones de supervisor o jefe, Ingeniería Industrial con 1.200.000 pesos mensuales para los niveles semi senior y senior, e Ingeniería de Procesos, con 712.500 pesos por mes para el segmento junior.

Por el contrario, las posiciones con los sueldos promedio más bajos fueron Mantenimiento y Limpieza con 262.500 pesos por mes en el sector junior, Mantenimiento y Limpieza con 320.000 pesos para los niveles semi senior y senior, y Caja con 332.500 pesos para el segmento de supervisor o jefe. En las posiciones junior, el sector de Producción, Abastecimiento y Logística fue el que exhibió la mayor pretensión salarial durante febrero: 446.139 pesos por mes, según el informe de Bumeran. Le siguió el área de Tecnología y Sistemas con 433.081 pesos por mes, Administración y Finanzas con 429.451 pesos mensuales y Recursos Humanos con 429.000 pesos. El resto de los sectores estuvieron por debajo del promedio junior que es de 407.434 pesos por mes.

A su vez, en febrero el salario requerido promedio por los hombres fue de 638.885 pesos por mes, mientras que el solicitado por las mujeres fue de 558.110 pesos por mes. De esa manera, la brecha salarial según género fue de 14,47 por ciento a favor de los varones: una disminución de 3 puntos porcentuales respecto al mes anterior, según el relevamiento de Bumeran.

En lo que respecta a la participación en las postulaciones según género, existió casi paridad, con una presencia de 48,05 por ciento de mujeres frente a 51,95 por ciento de hombres. No obstante, la diferencia se incrementó a medida que aumenta el seniority. Al llegar al nivel de supervisor o jefe la cantidad de postulaciones masculinas fue mucho mayor, del 61,97 por ciento, informaron.   Bumeran es el mayor portal online de empleo de América Latina, reuniendo información sobre sitios que ofrecen más de 70.000 ofertas de empleo y reciben más de 10 millones de visitas por mes.   

Fuente: Página 12

En los últimos 70 días, el litro de nafta y de gasoil se encareció más de 100%. La nafta súper, por caso, pasó de $311 (en noviembre) a $800 en este corto período. Un salto del 160%. En el mismo período, el dólar blue cayó de $1.200 a $1.015. Se abarató en medio de un proceso de una súper inflación. Por esta realidad, hubo una fuerte caída en las ventas de las estaciones de servicio de las ciudades fronterizas. Los extranjeros dejaron de cruzar desde sus ciudades vecinas hacia la Argentina porque dejó de convenirles, salvo que la ciudad quede muy cerca.

Un informe de la consultora Economía y Energía computó que las ventas de combustibles en las estaciones de frontera se derrumbaron hasta un 55% en enero respecto del mismo mes del año pasado. Es muy probable que este porcentaje sea mayor ahora ya que se profundizó el fenómeno que ya se veía en el primer mes del año: las naftas y el gasoil siguieron aumentando mientras el dólar blue se abarató más aún.

Algunos ejemplos: en la localidad de Clorinda (vecina de Paraguay), el retroceso de las ventas en las estaciones de servicio fue de 55%. En Puerto Iguazú y en Posadas (vecinas de Brasil y de Paraguay), la caída en las ventas fue del 37%, siempre medido en volumen. En La Quiaca (Bolivia), la baja llegó al 17%. En el cuadro adjunto pueden apreciarse las comparaciones en el resto de las ciudades fronterizas.

No es sólo combustibles. Los negocios que venden alimentos y productos de higiene y limpieza también están notificando fuertes caídas en sus despachos ante la visible merma de visitantes extranjeros, que hasta hace poco cruzaban los controles fronterizos para abastecerse hasta un 70% más barato que en sus países de origen.

¿Argentina es cara en dólares?

A pesar del hundimiento del consumo, la retracción de los salarios y la incertidumbre sobre el futuro de la economía, la Argentina registra un fuerte incremento de los precios en dólares. Desde octubre hasta ahora, hay aumentos que superan el 100% en moneda dura, sobre todo en productos de la canasta básica alimentaria. Un informe de la consultora EconViews, que dirige el economista Miguel Kiguel, dio cuenta de aumentos de 113% en dólares en el kilo de arroz blanco, y del 103% en el paquete de harina.

El paquete de fideos secos en los supermercados pasó de costar u$s0,55 a u$s0,99 en estos últimos 100 días, en promedio. Un peldaño más abajo, se registró una suba del 68% en el precio de la leche en sachet. En este último caso, el valor pasó de u$s0,44 a u$s0,74 por litro. En el caso de la carne picada, la suba acumulada desde octubre, en dólares, sumó 38% y 37% en el caso del pan. El reporte de EconViews comparó los valores en dólares que se pagan en los supermercados locales contra productos similares en cadenas de los Estados Unidos.    iP

Una familia de cuatro integrantes que vive en la Ciudad de Buenos Aires requirió en febrero ingresos de por lo menos $ 684.115 para no caer debajo de la línea de pobreza, más del 400.000 para no ser indigente y más de un millón para pertenecer a la clase media. El informe difundido este lunes por la Dirección General de Estadística y Censos porteña precisó que para no estar en situación de indigencia una familia de dos adultos y dos menores en CABA necesitó ingresos por $ 402.752. Mientras que la misma familia debió tener en febrero ingresos por $ 1.017.521 para ser considerada de clase media.

El reporte del organismo mostró que la Canasta Básica Alimentaria (CBA, que marca el límite de la indigencia) tuvo el mes pasado un alza del 14,89% en relación con el nivel de enero y de 310,19% en la comparación interanual. En tanto la Canasta Básica Total (CBT, que establece el piso de la pobreza) mostró un alza mensual del 15,94% y del 290,74% en doce meses. Por su parte, la Canasta Total (CT), que en diferentes proporciones mide al sector medio frágil, la clase media y los sectores acomodados, registró un incremento del 14,57% en comparación con enero y del 278,18% respecto de febrero de 2023.

Las distintas evoluciones porcentuales dejaron en evidencia que, en la medición interanual, los sectores más vulnerables fueron los más afectados con los aumentos de precios, al punto que la canasta de indigencia aumentó 32 puntos más que la de clase media.

Cabe señalar que en ningún caso las canastas incluyen el pago de alquiler de vivienda ni de expensas comunes.  El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundirá este martes su informe sobre canastas básicas con alcance para todo el Gran Buenos Aires. A diferencia del organismo nacional, la DgeyC de CABA reconoce seis estratos sociales en su medición. Los recursos que marcaron los límites para cada uno de esos niveles en febrero para una familia de cuatro miembros en el distrito porteño fueron los siguientes: en situación de indigencia hasta $ 402.752,23; pobreza no indigente, de $ 402.752,24 hasta $ 684.115,30; no pobres vulnerables de $ 684.115,31 hasta $ 814.016,62; sector medio frágil de $ 814.016,63 hasta $ 1.017.520,78; clase media de $ 1.017.520,79 hasta $ 3.256.066,51 y sectores acomodados $ 3.256.066,52 o más.

Somos Télam

La empresa Mirgor, propiedad de la familia del ministro de Economía Luis Caputo, despidió a 68 supervisores metalmecánicos de su planta en Río Grande, en la provincia de Tierra del Fuego. El conflicto se originó por un cambio en el convenio colectivo de trabajo. Los despidos se producen en el marco de un conflicto que se remonta a más de un año atrás. La empresa buscaba cambiar el convenio colectivo de trabajo de los supervisores de autopartista a electrónica, lo que implicaba una reducción del 20% en sus salarios. Los trabajadores, nucleados en el gremio de los Supervisores (ASIMRA), se negaron a aceptar la medida.

Mirgor había intentado negociar con los trabajadores individualmente, logrando que algunos aceptaran el cambio de convenio. Sin embargo, ASIMRA mantuvo su postura de rechazo. Ante la negativa de los supervisores de aceptar una reducción en sus salarios, la empresa decidió despedirlos. El Ministerio de Trabajo local intervino y dictó conciliación obligatoria, abriendo un período de 15 días para que las partes busquen una solución.   La preocupación y la incertidumbre por el futuro de los trabajadores es total. Los despidos generan preocupación por el futuro de los trabajadores y sus familias. ASIMRA se ha comprometido a defender los derechos de los afectados y buscará alternativas para revertir la situación.

m1